a LAS OBRERAS Y LOS OBREROS DE LEXMARK:
11-diciembre-2015
Hermanos y hermanas de clase, seguimos con entusiasmo y emoción su lucha. Sabemos que no les ha sido fácil; los patrones con sus lacayos, la policía y las guardias privadas, los tribunales y los sindicatos charros, han intentado por todos los medios destruir su heroico esfuerzo huelguístico. También sabemos que los medios de comunicación locales y estatales difunden sus mentiras y engaños para desprestigiar su batalla.
Estamos enterados de que han recibido golpes, amenazas y despidos; les hemos visto derramar lágrimas y nos hierve la sangre. Pero también sabemos que su fuerza es grande, que esa fuerza reside en el amor a sus familias, a sus hijos y a ustedes mismos. El gran ejemplo de dignidad que hoy nos muestran nos impulsa a seguir luchando. Créanos cuando les decimos que ustedes son lo mejor de toda la sociedad, ustedes que con sus manos construyen la riqueza en las fábricas, con su lucha también construyen un mundo nuevo.
En tiempos oscuros para los trabajadores de todo el planeta, siempre hay quienes toman la antorcha de la lucha e iluminan el camino hacia el porvenir. Hoy ustedes han levantado esa antorcha. A lo largo y ancho de todo este triste país, sumido en la barbarie, en la miseria y en el despojo, ustedes representan un rayo de esperanza para los electricistas, para los maestros, para los petroleros, para los mineros y para todos los explotados.
No están solos, en todas partes crece el descontento, maestros, estudiantes, indígenas, petroleros, electricistas y jornaleros se lanzan a las calles. Llegará el momento de unir todas nuestras luchas, reunir toda nuestra fuerza y luchar juntos como una sola clase. Ustedes pertenecen a este movimiento.
Camaradas, no desistan, manténganse firmes, que su lucha sea el comienzo de una gran guerra que libere a los trabajadores de las maquilas del yugo del sindicalismo charro, de la opresión policial, de la dominación estatal y de la explotación de los patronos. Que se extienda por cada fábrica de la ciudad, en cada centro de trabajo, que inspire a cada obrero que llora, que sufre, que soporta la miseria. Que por fin, el movimiento proletario alce la cabeza que ha mantenido por tanto tiempo agachada y reclame para sí y para su clase la dignidad que históricamente le corresponde.
¡Ánimo, hasta la victoria siempre!
“Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”
Izquierda Revolucionaria Internacionalista-Buenaventura Durruti.
Estamos enterados de que han recibido golpes, amenazas y despidos; les hemos visto derramar lágrimas y nos hierve la sangre. Pero también sabemos que su fuerza es grande, que esa fuerza reside en el amor a sus familias, a sus hijos y a ustedes mismos. El gran ejemplo de dignidad que hoy nos muestran nos impulsa a seguir luchando. Créanos cuando les decimos que ustedes son lo mejor de toda la sociedad, ustedes que con sus manos construyen la riqueza en las fábricas, con su lucha también construyen un mundo nuevo.
En tiempos oscuros para los trabajadores de todo el planeta, siempre hay quienes toman la antorcha de la lucha e iluminan el camino hacia el porvenir. Hoy ustedes han levantado esa antorcha. A lo largo y ancho de todo este triste país, sumido en la barbarie, en la miseria y en el despojo, ustedes representan un rayo de esperanza para los electricistas, para los maestros, para los petroleros, para los mineros y para todos los explotados.
No están solos, en todas partes crece el descontento, maestros, estudiantes, indígenas, petroleros, electricistas y jornaleros se lanzan a las calles. Llegará el momento de unir todas nuestras luchas, reunir toda nuestra fuerza y luchar juntos como una sola clase. Ustedes pertenecen a este movimiento.
Camaradas, no desistan, manténganse firmes, que su lucha sea el comienzo de una gran guerra que libere a los trabajadores de las maquilas del yugo del sindicalismo charro, de la opresión policial, de la dominación estatal y de la explotación de los patronos. Que se extienda por cada fábrica de la ciudad, en cada centro de trabajo, que inspire a cada obrero que llora, que sufre, que soporta la miseria. Que por fin, el movimiento proletario alce la cabeza que ha mantenido por tanto tiempo agachada y reclame para sí y para su clase la dignidad que históricamente le corresponde.
¡Ánimo, hasta la victoria siempre!
“Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”
Izquierda Revolucionaria Internacionalista-Buenaventura Durruti.